El pasado martes 2 de mayo se celebró la sesión solemne de la Asamblea Legislativa, en la que el Presidente Rodrigo Chaves presentó su informe sobre el primer año de su gestión.
En este documento, el mandatario hizo un balance de los principales logros y desafíos de su gestión en el primer año de su mandato.
Entre los aspectos más destacados del informe se encuentran:
- El avance en la vacunación contra el COVID-19, que ha alcanzado a más del 70% de la población objetivo.
- El fortalecimiento de la seguridad ciudadana, con una reducción del 15% en los homicidios y del 20% en los robos.
- La reactivación económica, con un crecimiento del 4% del PIB en el primer trimestre del año y la generación de más de 100 mil empleos formales.
- La ampliación de la cobertura y la calidad de la educación, con la entrega de más de un millón de computadoras portátiles a los estudiantes y la capacitación de más de 50 mil docentes.
- La protección del medio ambiente, con la declaración de más de un millón de hectáreas como áreas protegidas y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El presidente Chaves Robles también reconoció los retos que aún enfrenta el país, como la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la violencia. Asimismo, reiteró su compromiso con el diálogo y la unidad nacional para superar las dificultades y construir un futuro mejor para todos los ciudadanos.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue su actitud al finalizar su discurso.
Chaves se levantó de su asiento y se dirigió rápidamente hacia la salida, sin despedirse ni saludar a nadie. Ni siquiera le dio la mano al presidente legislativo, Rodrigo Arias, quien lo había presentado y elogiado minutos antes. Tampoco tuvo un gesto de cortesía con Eugenia Zamora, presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones, que estaba sentada a su lado derecho.
Esta conducta contrasta con la de sus antecesores, que siempre se mostraron cordiales y respetuosos con los demás poderes del Estado y con los diputados de oposición. Por ejemplo, el expresidente Carlos Alvarado se despidió afectuosamente de todos los presentes en la mesa cuando dio su último informe, hace un año. Lo mismo hizo cuando dio su primer informe, hace cuatro años, y le entregó el mando a Chaves.
La escena del martes recordó a la que protagonizó el expresidente estadounidense Donald Trump, cuando dejó con la mano estirada a la expresidenta del Congreso, Nancy Pelosi, en febrero de 2020, después de dar su discurso anual. En ese caso, se evidenciaba una fuerte rivalidad política entre ambos líderes.
¿Qué motivó a Chaves a actuar así? ¿Fue un gesto de desprecio o de indiferencia? ¿Qué mensaje quiso enviar a los demás poderes y a la ciudadanía? ¿Cómo afectará esto a las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo? Estas son algunas de las preguntas que quedan abiertas después de este episodio.
Redaccon diarioyacr.com