Un flujo constante en una única dirección. Son los refugiados ucranianos entrando en Polonia por el puesto fronterizo de Medyka.
Este viernes se han superado los dos millones de personas, de acuerdo con los datos facilitados por las autoridades polacas. No obstante, en estos últimos días han detectado un notable descenso en el número de llegadas.
Van ligeros de equipaje, y cargados de emoción por la experiencia vivida durante estas tres semanas de guerra.
«No hay agua, ni electricidad. No hay abastecimiento de alimentos, sólo pan, y en pocas ocasiones. Todo está cerrado. No hay reparto. Los niños lloran, hace frío, y es terrible. Rusia es el agresor, ellos nos atacaron primero, no hicimos nada y nadie los invitó», explica Irina Bogdaniuk, refugiada procedente de Sumy.
De acuerdo con los datos del Alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 3,27 millones de ucranianos han abandonado su país.about:blank
Además de Polonia, Rumanía y Moldavia, son sus principales destinos.
Otros continúan su viaje hacia otros países europeos e incluso hacia Canadá, en donde reside la segunda mayor diáspora de ucranianos en el mundo.
La mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial supone un desafío enorme para estos países, que tienen que coordinar los medios disponibles para atender en las mejores condiciones a las personas que han podido abandonar Ucrania.
Fuentes adicionales • AP– AFP
