(RT) El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha ordenado desarrollar una flota de seguridad polar para el Ártico y la Antártida, informa la Casa Blanca.
«Para ayudar a proteger nuestros intereses nacionales en las regiones árticas y antárticas, y para mantener una fuerte presencia de seguridad en el Ártico junto con nuestros aliados y socios, EE.UU. requiere una flota lista, capaz y disponible de rompehielos de seguridad polar que sea probada operacionalmente y completamente desplegable para el año fiscal 2029», reza el comunicado del mandatario.
La orden presidencial es dirigida al Pentágono y los Departamentos de Estado, de Comercio, de Energía y de Seguridad Nacional.
El líder estadounidense ordenó al secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, que «lidere una revisión de los requisitos para un programa de adquisición de rompehielos de seguridad polar […] y activos y recursos asociados, capaces de garantizar una presencia persistente de EE.UU. en las regiones árticas y antárticas».
Actualmente, Washington cuenta con solo un rompehielos pesado operacional, el USCGC Polar Star, y un rompehielos mediano, el USCGC Healy. El Polar Star fue construido en los años 1970 y se acerca rápidamente a la obsolescencia. Trump instruyó a las agencias a identificar opciones para «cerrar la brecha» hasta que la flota esté lista, incluida la compra o el arrendamiento de embarcaciones de otras naciones.
Además, la flota requerirá al menos dos ubicaciones de bases en EE.UU. y al menos dos ubicaciones internacionales. Los departamentos recibieron la orden de identificar y evaluar las posibles ubicaciones para la misión descrita. El Departamento de Estado recibió instrucciones de trabajar con el Departamento de Seguridad Nacional para identificar «naciones asociadas» con experiencia y capacidad de construcción naval.
Tensión creciente en el Ártico
Este año se ha intensificado la pugna entre Washington y Moscú por el dominio en el Ártico. El asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, instó en mayo a la Guardia Costera de su país a desafiar «la creciente influencia militar» de Rusia y China en la región.
Moscú, por su parte, advierte que es un área que corresponde a sus intereses estratégicos y que no piensa cederla. En ese contexto, el Gobierno ruso elaboró unas reglas de navegación en sus aguas territoriales por la ruta marítima del norte para los buques militares de países extranjeros, que estipulan la necesidad de avisar del paso con 45 días de antelación y la presencia obligatoria de al menos un capitán o patrón de navío ruso.
Rusia se reserva el derecho de rechazar el acceso a la ruta, mientras que en caso de un desplazamiento no autorizado se podrían aplicar medidas extraordinarias, como la detención o incluso la eliminación física del buque. Moscú argumenta estas medidas en la necesidad de reaccionar ante la intensificación de la actividad militar de otros países en el Ártico.
Actualmente, en las latitudes del norte se encuentran rompehielos de Rusia, EE.UU., Suecia, Alemania, Corea del Sur y China.