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¿Quién es Xiomara Castro, la primera mujer presidenta de Honduras? La tildan de Comunista.

Washington, 1 dic (VOA) – Xiomara Castro de Zelaya ha acertado en su tercer intento por gobernar Honduras, la nación centroamericana con más de 9 millones de habitantes que con más del 53% de apoyo popular en las urnas le ha dado la silla presidencial para dirigir los destinos de Honduras en los próximos cuatro años.

Castro de Zelaya ha fraguado su camino por décadas en los pasillos de la arena política hondureña, en sus años de juventud y madurez con el Partido Liberal, que llevó a su esposo -Manuel Zelaya- a la presidencia en el año 2006, de la que fue depuesto en 2009 en lo que muchos países consideraron como «golpe de Estado».

Sin embargo, el estamento político hondureño defendió la destitución como una acción constitucional por desacato del exmandatario a la institucionalidad del país, si bien nunca hubo explicación sobre las formas del proceso, que incluso llevaron a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a suspender a Honduras del foro continental de naciones.

Con Manuel Zelaya contrajo nupcias en enero de 1976; el matrimonio tiene dos hijas y dos hijos.

Los años que siguieron al descalabro político en la vida familiar los utilizó la hoy presidenta electa para agrupar, junto con su marido, a las facciones de su antiguo partido.

A sus 62 años Xiomara Castro de Zelaya se convierte en la primera mujer en presidir Honduras, y la cuarta en Centroamérica después de Violeta Barrios de Chamorro, Nicaragua (1990); Mireya Moscoso, Panamá (1999) y Laura Chichilla, Costa Rica (2010).

Castro de Zelaya logró unificar alrededor de su candidatura con el Partido Libertad y Refundación a otros movimientos políticos del centro agrupados en la Alianza Nacional Opositora, que encabezaba Salvador Nasralla.

¿Es Xiomara Castro de Zelaya comunista?

El partido oficialista ha tildado a Castro de «comunista».

Un anuncio televisado del Partido Nacional decía que «un voto por Xiomara es un voto por el comunismo, socialismo, caos, hambre, violencia, represión, aborto, la pobreza, la expropiación».

El expresidente Zelaya, quien fue cercano a los fallecidos mandatarios Hugo Chávez y Fidel Castro, de Venezuela y Cuba, respectivamente, no formó parte importante en la campaña de su esposa.

Castro dijo en junio durante un encuentro con simpatizantes que vendería el avión presidencial, igual que hizo en su campaña el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por considerarlo demasiado lujoso.

El partido de Castro forma parte del Foro de Sao Paulo, una organización creada para reorganizar a la izquierda latinoamericana luego de la caída del muro de Berlín.

Sin embargo, sobre los temores de que Xiomara Castro lleve al país al llamado «socialismo del siglo XXI», el empresario hondureño y expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Luis Napoleón Larach, le quita hierro al asunto.

En comentarios a la Voz de América, dijo que espera que la experiencia como primera dama y el matrimonio mismo en la casa de gobierno le sirva de capital para formar un gobierno «serio y responsable».

«Ellos [la familia Zelaya Castro] vienen del sector privado, del entorno de negocios y saben perfectamente que en Honduras no hay cabida para esas ideas extremas», apunta Larach.

Es más, confía en que la transición sea «ordenada, pacífica y ejemplar», como fluyó el día de la elección hasta llegar al 27 de enero, cuando Castro tomará las riendas del país.

Sin embargo, el director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) Carlos Hernández destaca a la VOA que, a la luz del conteo de los votos, es claro que Castro de Zelaya, no solo tendría el control de la casa de gobierno, sino también de una buena cantidad de diputados en el Congreso Nacional.

Concentración de poder

La concentración de poder -a su juicio- preocupa sobre todo al ver el ejemplo de El Salvador, desde donde el presidente Nayib Bukele ha mostrado abierto apoyo propagandístico durante la campaña de Xiomara Castro.

“Para el contexto hondureño lo ideal sería que hubiera un Congreso Nacional que no estuviera bajo el control absoluto del partido que va a gobernar… Esa concentración de poder es parte del problema que hemos tenido en Honduras”, comenta Hernández.

Castro y el Partido Libre han prometido a los electores, entre otras cosas, despenalizar el aborto y promover cambios constitucionales como la implementación de las consultas populares para una «democracia directa».

Un año después de fundado el Partido Libre, Xiomara Castro se lanzó a la presidencia por primera vez, pero perdió contra el ahora presidente saliente, Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, que en ese entonces aspiraba a su primer mandato.

Sin embargo la bolsa de votos que acumuló en aquella justa 896.498 boletas, y el 28,8% de apoyo del electorado mostraron su capital político.

“A Honduras lo califican como un narcoestado por esta mafia que nos gobierna y por la que también nos señalan como el país más corrupto de América Latina», ha reiterado Castro como candidata para referirse a sus oponentes.

El presidente Hernández y miembros de su partido político han estado salpicados en una serie de acusaciones de corrupción y narcotráfico.

Uno de los casos más notorios es el del hermano del presidente saliente, Tony Hernández, quien fue condenado en EE. UU. por narcotráfico. El mandatario ha sido señalado por fiscales en EE. UU. de haber pactado una alianza con un cartel de drogas conocido como los Cachiros, para llevar cocaína a EE.UU. Hernández no ha sido imputado y ha negado las acusaciones.

¿Cuáles son las propuestas de Xiomara Castro?

Las propuestas de Castro incluyen varias de las impulsadas antaño por su esposo, como convocar a una asamblea constituyente.

Castro pregona un «socialismo democrático» y propone despenalizar el aborto, reducir las comisiones que cobran los bancos a los receptores de remesas y crear una comisión internacional contra la corrupción con apoyo de la ONU, entre otras medidas.

También ha dicho que derogará varias leyes, entre ellas la que creó las polémicas Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES), por considerar que servirían de refugio para corruptos y narcos por su carácter autónomo.

Durante la campaña presidencial, Castro prometió sacar a Honduras “del abismo al que ha sido enterrado por el neoliberalismo, una narco dictadura y la corrupción”.

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