Opinión

Ciudades latinaomericanas destacan entre las más violentas del mundo: un efecto del narcotráfico

Durante las últimas décadas los Estados latinoamericanos han enfrentado un desafío a su seguridad nacional, ya que se han evidenciado algunas de las ciudades de América Latina como de las más violentas del mundo, todo ello producto de la presencia de grupos de crimen organizado que constantemente roban la paz de sus habitantes.

De acuerdo con un informe realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México el cual establece el ranking de las ciudades con más de 300.000 habitantes consideradas como las más violentas del mundo durante el 2022 se destacaron a Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Uruapan, Juárez y Acapulco, ciudades mexicanas que se encuentran entre las 10 más violentas del mundo.

Sin embargo, se debe considerar que, de las 50 ciudades más violentas del mundo sin un conflicto bélico activo, se localizan 17 en México, 10 en Brasil, 7 en Estados Unidos, 6 en Colombia, 4 en Sudáfrica, 2 en Honduras y una en Puerto Rico, Haití, Ecuador y Jamaica.  Estableciéndose así América Latina como un cluster de violencia, donde el tráfico ilegal de estupefacientes figura como el principal responsable de esta ola de criminalidad que azota la región.

Por su parte, de acuerdo con las estadísticas de la OIJ Costa Rica presenta un aumento significativo en la tasa de homicidios, ya que para el año 2019 la misma se registraba en 11, en el 2020 aumento 2 puntos porcentuales, siendo de 11.2, para el año 2021 dicha tasa era de 11.5 mientras que para el 2022 fue de 12.6 por cada 100.000 habitantes correspondiente a 656 homicidios.

Sin embargo, la ola de violencia producto de las operaciones de las organizaciones criminales que operan en territorio costarricense ha provocado que, para lo que va del año el país centroamericano contabilice un aproximado de 250 asesinatos, registrando el pasado viernes 14 de abril un total de 10 personas fallecidas en un periodo menor a 12 horas algo insólito para los ticos, producto de ello todo apunta que el 2023 será el año más violento en la historia de Costa Rica.

El narcotráfico como una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Latinoamericanos: En las ultimas décadas el narcotráfico ha significado un aumento de la violencia en varios países del continente, desde el sur y hasta el norte de América, el trasiego de drogas representa uno de los retos más importantes para los Estados, mayoritariamente en países como México, debido a su posición geográfica se puede denominar como uno de los mayores comerciantes de cocaína y Colombia como el mayor productor de coca.  Sin embargo, esta actividad ilícita se ve fortalecida por diversas problemáticas sociales como lo son el desempleo, la falta de oportunidades de educación, la desigualdad, la creciente corrupción y debilidad institucional, entre otros.

Sin duda, estas son problemáticas que agobian a toda la región y por su puesto, Costa Rica no es la excepción, durante los últimos años el desempleo y el alto costo de la vida han ido en aumento, lo que provoca una mayor vulnerabilidad de la población, logrando a su vez un fortalecimiento de los grupos narcos en el país, ocasionando de esta manera una lucha por territorio y básicamente una guerra por el poder entre carteles que desencadena en el aumento de homicidios a sangre fría que experimenta el territorio costarricense.

Debido a esta problemática los países del hemisferio y sus instituciones deben tomar cartas en el asunto para devolver a sus ciudadanos la seguridad que merecen y, es por ello que países como México y Colombia han adoptado una serie de políticas públicas para debilitar a los carteles de la droga, entre ellas destacan dos grandes estrategias impulsadas por Estados Unidos denominadas Plan Colombia e Iniciativa Mérida, las cuales aunque mantienen entre sus pilares componentes sociales, económicos y de fortalecimiento institucional, la mayor cantidad de recursos se dirige hacia el componente militar con el fin de hacerle frente a estas organizaciones.  Por su parte, el aumento de la violencia en la sociedad costarricenses representa un fenómeno reciente para el cual las autoridades encargadas del mantenimiento del orden y la seguridad en el país deben reinventarse y realizar un trabajo de inteligencia exhaustivo que permita contener y desarticular las organizaciones criminales, para ello es necesario que el señor presidente Rodrigo Cháves y su equipo de trabajo declaren Estado de Emergencia y a su vez tramite cooperación técnica en materia de seguridad con países de la región que cuenten con avances en temas de seguridad y lucha contra el crimen organizado, ya que es necesario el fortalecimiento, preparación y equipamiento de nuestra Fuerza Pública y unidades especializadas.

(*) Andrey Soto, Estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Costa Rica.

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