La presidenta de Perú, Dina Boluarte, descartó hoy la posibilidad de que su gobierno rompa relaciones con México tras la expulsión del embajador de ese país, como piden sectores de extrema derecha.
“Yo creo que las relaciones con los pueblos no se pueden romper, porque si no entraríamos en una situación de crisis internacional”, declaró la mandataria a una televisora local, tras ratificar la decisión de declarar persona no grata al embajador mexicano, Pablo Monroy, luego del otorgamiento de asilo a la familia del destituido presidente Pedro Castillo.
Sobre un comunicado conjnto de los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia y México, sobre la destitución de Castillo, dijo Boluarte que tras la expulsión de Monroy, dio instrucciones a la canciller Ana Gervasi “que busquemos dialogar”, aunque no aceptará injerencia en asuntos internos, según puntualizó.
Manifestó interés en comunicarse con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a quien conoció cuando asistió a la inauguración de su gobierno, representando al entonces gobernante Castillo.
Sobre el mandatario argentino, Alberto Fernández, Boluarte dijo que la llamó por teléfono tras el cambio de gobierno y le expresó su reconocimiento pero después firmó el comunicado conjunto.
Posteriormente, envió saludos al pueblo mexicano, argentino, boliviano y mexicano. “Seguramente seguiremos tejendo esos lazos internacionales para que nuestros pueblos se mantengan unidos”, precisó.
Insistió de otro lado en negar responsabilidades en las 26 muertes de civiles en las protestas contra su administración y en el enfoque gubernamental en los hechos violentos y el alegato de que hubo azuzadores e incluso insinuó que esos actos fueron organizados por el gobierno de Castillo.
“No es casualidad que el golpe de Estado (de Castillo) se haya gestado el 7 de diciembre y el día 8 empezaran” los hechos de violencia, que, según ella, buscarían destruir los elementos de las investigaciones al gobierno anterior con los incendios de locales judiciales y comisarías en el interior, aunque las pesquisas radican en Lima.
Agencia Prensa Latina