Editorial, Noticias, Opinión, Política

PASIVOS EN TIEMPOS DE GUERRA

La actual situación que vivimos a nivel mundial no puede ni debe dejarnos indiferentes, no tiene que ver con religión, estatus económico, educación, creencias o dogmas, lo que sucede lo puedo acuñar en una sola palabra: MALDAD.

Poco a poco la humanidad ha perdido el rumbo, desviada del plan original de CRECER Y MULTIPLICAR, la ambición, el ansia de poder y dominio carcome los cimientos de la dignidad del ser humano, la brecha social con todas sus consecuencias son parecidas a los abismos de los hoyos negros, todo lo consume, lo destruye, lo desaparece, sin considerar que este es el único planeta de momento que tenemos para vivir, eso nos incluye a todos.

La ambición por el poder le gana a la codicia, la fama y la fortuna, ahora el tema es GANARLE A DIOS, sentarse en su trono y destruir en días lo que la propia naturaleza lleva millones y millones de años de lenta evolución.

Jugar al ajedrez con el genoma humano, esparcir el hambre y la miseria, imponer la ley del miedo, cauterizar conciencias, embrutecer a las masas, jugar a las guerras biológicas, son parte del entretenimiento de quienes se creen eternos dueños del Olimpo terrestre.

Este macabro plan se viene gestando en las propias entrañas de Satanás, no de ahora, sino desde el principio de los tiempos, el mal preñado de inmundicia está dando a luz los engendros más abominables y destructivos.

La riqueza y el poder está en manos de muy pocos, mismos que juegan a traición, no les importa el daño irreparable que están haciendo, la mayoría son lobos que se visten con piel de oveja, sus palabras muchas veces dulces como la miel, son amargo ajenjo de dolor y manipulación.

Como jinetes apocalípticos sus espadas destruyen lo que tocan, sin darse cuenta que ellos también serán destruidos, nada es eterno en el plano TIERRA, ninguna carne permanecerá.

Estas generaciones nacimos  para ver en todo su apogeo el cumplimento del Apocalipsis, ante la ceguera de la mayoría poco o nada se puede hacer, estamos en guerra, no solo física, es la eterna guerra del bien contra el mal, de momento parece que el mal toma ventaja, pero cuando el séptimo ángel toque la trompeta TODO SERA CONSUMADO, eso nos incluye a todos, no importa cual sea su creencia, estamos en el principio del tiempo de dolores, de los ayes y el crujir de dientes, la ambición por el poder y el dominio son un cáncer con metástasis en la dignidad, la moral, la espiritualidad, el dolor, el hambre, la desesperación, para tales males al parecer la destrucción es la única cura viable.

Por eso no puedo ni quiero PERMANECER PASIVA EN TIEMPOS DE GUERRA, quizá como Juan el evangelista en el desierto, seguiré levantando mi voz, continuaré clamando por el despertar del espíritu, yo voy de salida, pero tengo la obligación de morir en el intento de heredarle a planeta mejores hijos, mejores seres humanos.

Lic. Yolanda Gutiérrez Ventura
Fundación para la Defensa y Promoción de Derechos Humanos
derechoshumanoscostarica@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *