La promesa de Estados Unidos a Mijaíl Gorbachov, último dirigente de la Unión Soviética, cayó una vez más en saco roto con la reciente incorporación de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN.
En aquella oportunidad, el entonces secretario de Estado norteamericano, James Baker, aseguró —sin mediación de ningún acuerdo— al líder soviético que la alianza militar no avanzaría “ni una pulgada” hacia el este y hoy, 33 años después la expansión de la OTAN es una realidad.
Para el analista nicaragüense Daniel Martínez Chávez, el propósito del bloque con la admisión de su miembro número 31 resulta “el cerco a Rusia y la colocación de armamento avanzado en sus fronteras que reduzca los tiempos de ataque”.
Ello, aseguró en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, forma parte de un proceso histórico de amenaza-agresión contra Moscú y de naturaleza político-estratégica, basada en la ampliación de las coaliciones en caso de disputas y posibles choques geopolíticos.
Además, el experto subrayó la guerra económica de Occidente contra la nación euroasiática, sus recursos naturales y medios de producción, donde “la instrumentalización de los ucranianos para luchar por los intereses de Estados Unidos, forma parte de todo esto”.
OTAN MÁS CERCA DE RUSIA
Para el analista del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI), con sede en Managua, la anexión de Finlandia garantiza un país más en la lucha por los ideales del bloque, en una frontera de aproximadamente mil 300 kilómetros.
“Sin embargo, su misma geografía es una desventaja para esta nación, pues la lejanía del grueso continental europeo, plantea la necesidad de suministros vía marítima y ahora los rusos van a ejercer mayor vigilancia y monitoreo sobre el Báltico”, indicó.
Ello, sumado a que deberán crear “brigadas de tareas conjuntas” en la zona limítrofe, pues por la cercanía resultan los blancos principales en caso de un ataque ruso encaminado a la destrucción de la infraestructura de la OTAN.
No obstante, persiste “el riesgo de que la alianza militar pueda acercar aún más sus misiles, barcos y otras armas directamente a la frontera con Rusia, y esto, por tanto, le concede a Moscú legitimidad para un ataque a esas posiciones en caso de agudizarse el conflicto”. En opinión del analista nicaragüense Lester Pilarte, lo anterior constituye una estrategia militar de Washington para, en caso de ataque, desviar los misiles del Kremlin hacia objetivos de gran peso económico en la región como Bélgica, Alemania, Italia y Türkiye.
“Nuevamente, es más fácil arriesgar el pellejo de otros en una guerra extraterritorial. También, con esta nueva incorporación, demuestran ante el mundo que no han perdido su influencia y su hegemonía”, puntualizó en exclusiva a Prensa Latina.
¿NUEVAS ACCIONES CONTRA MOSCÚ?
Martínez Chávez opinó que los países de la OTAN seguirán su misma línea de política exterior: el impulso de operaciones de manipulación psicológica para justificar, como siempre alegan, “estar del lado correcto de la historia y los valores de la democracia”.
En paralelo, continuarán con su campaña de demonización y desacreditación de Rusia, y, probablemente, ocurra “un incremento de la hostilidad en la salida al mar Báltico y el emplazamiento de armas, radares y baterías antiaéreas de Estados Unidos en territorio finés”.
Por su parte, añadió el experto, Moscú resistirá mediante el desarrollo de su industria y las alianzas favorables frente a la actual guerra económica, con ingresos récord tras la comercialización de insumos a otros países que, a su vez, lo revenden a Europa.
“Ya adoptaron las primeras medidas basadas en un cierre temporal del suministro de petróleo, electricidad y madera a Finlandia. Veremos si la OTAN será capaz de suministrar estos recursos a sus nuevos aliados”, concluyó el especialista.
Fuente. Agencia Internacionales y Prensa latina