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Gobierno Ecuatoriano; Inicia diálogo entre gobierno e indígenas

(AP) El primer encuentro entre el presidente Lenín Moreno, y los líderes indígenas, empezó el domingo con el fin de resolver las distantes posturas que ha desencadenado en una crisis política en Ecuador derivada de las protestas causadas por el sustancial incremento en el precio de los combustibles.

Representantes indígenas y funcionarios de gobierno se presentaron a las negociaciones, que serán mediadas por Arnaud Peral, coordinador residente de las Naciones Unidas en Ecuador.

“Desde el inicio lo dijimos, propiciar el desarrollo tan ansiado de nuestro campo, por fin regresar los ojos al campo como ha sido una promesa permanente, secular de los gobiernos y que nosotros queremos convertir en una feliz realidad”, dijo Moreno en referencia a la intención de su decreto.

El mandatario llamó a buscar acuerdos que se transformen en un nuevo decreto perfeccionado para canalizar los recursos a quienes más lo necesitan.

El máximo dirigente de los indígenas, Jaime Vargas, de la tribu achuar de la amazonia, con rostro pintado y un vistoso penacho, respondió: “Somos millones que ahora le pedimos que apueste por la paz, por la estabilidad del país. Derogue este decreto 883 y busquemos juntos ese horizonte de prosperidad, justica social, equidad, el buen vivir.

Recuperar la patria está en sus manos”, añadió, refiriéndose al mandatario.

Paralelamente, decenas de uniformados ingresaron la tarde del domingo al parque El Arbolito, precedidos de nubes de gases lacrimógenos y comenzaron a ahuyentar a cientos de manifestantes, una hora más tarde cumplieron su cometido expulsándolos hacia una sector cercano.

Las protestas sociales empezaron poco después que Moreno decretara a inicios de octubre un duro paquete económico, aunque lo que más enardeció a la población fue le elevación del precio de la gasolina de 1,85 dólares a 2,30 por galón y del diésel, de 1,03 a 2,30 dólares.

Las manifestaciones adquirieron el sábado una violencia inusitada con escenas de saqueos y actos vandálicos en la capital propiciadas por bandas de encapuchados que quemaron la contraloría y atacaron un canal de televisión y un diario. Encapuchados sometieron a la capital a bloqueos y desmanes y otras escenas de terror.

Para controlar tales actos, el gobierno decretó estado de excepción y un toque de queda, y desplegó militares a las calles para el cumplimiento de tales disposiciones, que impidió el libre tránsito. El domingo se hizo una pausa de nueve horas a la restricción de movilidad.

La Defensoría del Pueblo informó que por las manifestaciones han muerto siete personas _entre ellas una mujer_ hay 1.340 heridos de diversa magnitud y 1.152 detenidos.

Los manifestantes no solo se han concentrado en las ciudades para evidenciar su inconformidad, sino que, principalmente indígenas de la Amazonía, impidieron la producción de petróleo, la principal exportación del país.

Antes de las jornadas de protesta, los pozos de la amazonia producían unos 430.000 barriles de petróleo, pero la producción ha caído a 176.029 barriles, según cifras entregadas el sábado por una fuente de Petroamazonas, que pidió el anonimato porque no está autorizado a dar esos datos. Eso significa pérdidas por casi 14 millones de dólares diarios.

Moreno responsabilizó de la violencia a grupos de narcotraficantes, al presidente venezolano Nicolás Maduro y a seguidores del exmandatario Rafael Correa (2007-2017), algunos de cuyos más altos colaboradores están acusados y procesados por hechos de corrupción con fondos públicos.

“La gran preocupación en este momento es que las manifestaciones son un pretexto para muchos actores, muchos infiltrados en esas manifestaciones, para tener una agenda que va más allá de la protesta económica y la reclamación de orden económico, ellos tienen una agenda política y la violencia y el caos que sembraron ayer en la ciudad, un caos coordinado, nos deja ver que esa agenda política”, aseguró el canciller José Valencia en diálogo con la AP.

Con las decisiones económicas, Moreno busca hacer frente a una complicada situación derivada de una abultada deuda de 64.000 millones de dólares y un recurrente déficit anual de 10.000 millones. Entre las medidas también están: aumentar impuestos, flexibilizar leyes laborales y recortar el gasto público para generar ahorro fiscal y obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.

Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo más profundo de la Amazonía y los Andes ecuatorianos.

A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no cederá en el tema de los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de Correa, su predecesor y mentor.

 

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