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Giuseppe Conte comparece ante la fiscalía de Bérgamo por su gestión de la pandemia de coronavirus

( El Mundo.Es) El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha comparecido este viernes durante tres horas ante un juez de la fiscalía de la ciudad de Bérgamo para explicar sus decisiones al comienzo de la crisis del coronavirus, en el marco de una investigación abierta por la gestión de su pandemia, que ya suma más de 34.000 muertes en el país transalpino.

El objetivo del interrogatorio, realizado en la sede del Gobierno en Roma, el Palazzo Chigi, es aclarar en base a qué criterios se establecieron las primeras ‘zonas rojas’ aisladas, diez municipios de Lombardía y otro del Véneto (norte), y por qué no se cerraron otros donde los contagios empezaban a crecer, como los lombardos Nembro y Alzano.

Las fechas clave en las que se centra la investigación van del 3 al 9 de marzo. En ese periodo, en el que se llegó a enviar al ejército a controlar la zona de Bérgamo pero después no se llegó a declarar ‘zona roja’, tuvieron lugar una serie de reuniones entre autoridades sanitarias y políticas sobre la gestión de la emergencia en el norte del país, la región más golpeada por el coronavirus.

La investigación, por el momento sin imputados ni hipótesis de delito, se centra en recabar información sobre lo hablado a nivel institucional durante esas fechas y en verificar si la decisión de mantener esos territorios abiertos hizo aumentar los contagios. De ser así, las autoridades incurrirían en un delito y los magistrados deberían determinar si la decisión de cerrar los municipios debía ser tomada por el Gobierno o podía ser competencia de la Región de Lombardía.

SEIS DÍAS DE RETRASO

Un colectivo de familiares de víctimas, llamado ‘Noi denunceremo’ (Nosotros denunciaremos), que ha llevado a la Fiscalía sus testimonios, denuncian las carencias en los hospitales, la falta de atención a sus seres queridos y sospechan que se siguieron criterios económico para evitar detener esta industrializada zona del país.

Nadie quiere ser el culpable de los errores cometidos en los municipios cuya gestión se investiga ahora. A la pregunta de porqué no se cerró el área de Bérgamo, las respuestas han sido hasta ahora muy generales. En el distrito industrial de Alzano-Nembro, con menos de 300.000 habitantes, una posible ‘zona roja’ habría afectado a 376 empresas, con una fuerza laboral que oscila entre 120 y 800 empleados, por un total de 850 millones de euros en facturación anual, según datos de Confindustria Bérgamo. Pero la última palabra siempre depende de la política. Del Gobierno regional al nacional, ambos tuvieron la oportunidad de intervenir. Pero durante seis días, del 3 al 9 de marzo, nadie asumió competencias.

La correspondencia privada entre Roma y Lombardía, y una nota interna en el Palazzo Chigi, permiten reconstruir lo ocurrido y ayudan a comprender por qué se tardó menos de 24 horas en establecer la ‘zona roja’ alrededor de Codogno -con la orden firmada por el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, y el ministro de Salud, Roberto Speranza- que blindaba la entrada y salida en diez municipios, mientras que para la toma de decisiones en la provincia de Bérgamo se tardó más de una semana, ante datos mucho más alarmantes.

Los primeros cinco informes diarios que la Región de Lombardía envió a Protección Civil desde la mañana del 21 de febrero no mencionan la situación en la provincia de Bérgamo. Durante casi una semana, los brotes identificados hasta ese momento se indicaron en la parte inferior del documento. Sin embargo, el 27 de febrero ya queda claro que algo está yendo muy mal en la provincia. Los casos y las muertes comienzan a dispararse y Nembro se convierte en el cuarto municipio más afectado de Lombardía, a la par de Casalpusterlengo, que sí está en la ‘zona roja’.

ENVÍO DEL EJÉRCITO

El 3 de marzo ya había 423 infectados en la provincia, 58 en Nembro y 26 en Alzano. El acta de ese día del Comité Técnico Científico dice: «Al final de la tarde, los datos relacionados con los dos municipios antes mencionados llegaron al Instituto Superior de Salud, después de ser examinados por el Comité. En este sentido, se escuchó por teléfono al concejal de Salud Giulio Gallera y al gerente general Luigi Cajazzo de la región de Lombardía, confirmando los datos (…) Cada uno de los dos municipios ha registrado más de 20 casos, probablemente atribuibles a una sola cadena de transmisión».

El Comité propone entonces adoptar las medidas restrictivas apropiadas ya adoptadas en los municipios en ‘zona roja’ para limitar la propagación de la infección en áreas adyacentes. «Este criterio objetivo puede, en el futuro, aplicarse en contextos similares», añade el acta. Esa noche, algunos camiones del ejército aparecen en la zona del Valle Seriana. Parece el preludio del cierre total.

Pero no ocurre nada. El 4 de marzo, Conte firma un nuevo decreto que prevé la suspensión hasta el 15 de marzo para universidades, escuelas, teatros y cines de todo el país. Sin embargo, para el Palazzo Chigi «parecía necesario adquirir más elementos para decidir si extender la ‘zona roja’ solo a estos dos municipios o, en presencia de una propagación ahora generalizada en la mayor parte de Lombardía, extender ese régimen a toda la región y a otras áreas afectadas».

Cuando comenzó la desescalada en el país, las autoridades del norte -con pocas excepciones- apostaron por «reabrir todo o casi todo» con la mayor celeridad. De hecho, Lombardía llegó a exigir medidas más restrictivas al Gobierno para controlar el virus, pero nunca llega a solicitar oficialmente el establecimiento de una ‘zona roja’.

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