La exministra de Justicia, María Cecilia Sánchez Romero, denunció este jueves que su hijo, el exmagistrado Celso Gamboa Sánchez, se encuentra recluido en condiciones que calificó como “inhumanas y torturantes” en la unidad de máxima seguridad del centro penitenciario La Reforma. Según sus declaraciones, al menos otras 80 personas privadas de libertad enfrentan situaciones similares.
Sánchez acudió brevemente a una de las audiencias del juicio que enfrenta su hijo, quien está acusado del presunto delito de tráfico de influencias en Costa Rica, además de enfrentar una solicitud de extradición por parte de Estados Unidos por cargos relacionados con narcotráfico internacional.
La exjerarca criticó una circular administrativa emitida por el Ministerio de Justicia, la cual aseguró ha reducido drásticamente los derechos de los privados de libertad. Entre las restricciones impuestas, mencionó:
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Una visita mensual de una sola persona
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Prohibición de visitas de menores de edad
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Una llamada telefónica semanal de 10 minutos
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Ingreso de una única comida al mes
“Se están generando condiciones que podrían constituir tortura. No se trata de favorecer a nadie, sino de respetar los derechos humanos básicos”, sostuvo.
La abogada y hermana del exmagistrado, Natalia Gamboa, anunció que han presentado una denuncia ante la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (FAPTA) por presunto abuso de autoridad, tortura y violaciones a derechos fundamentales.
El propio Gamboa también ha recurrido a mecanismos legales para denunciar su situación, incluyendo dos recursos de amparo ante la Sala Constitucional:
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Expediente 25-020390-0007-CO: denuncia trato cruel, violación de la intimidad y solicita traslado por razones de seguridad.
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Expediente 25-020009-0007-CO (hábeas corpus): alega la violación de su derecho a la defensa por no permitirle portar un cuaderno y denuncia limitaciones a su privacidad y dignidad.
Ambos recursos fueron admitidos para estudio.
Durante una audiencia reciente, Gamboa describió las condiciones en prisión:
“He tenido que volver a pelear a los 49 años. Vivo entre apuñalamientos, intentos de suicidio y hambre. Esto me tiene en un estado de shock permanente”, declaró.
También mencionó que se le impide recibir ropa, ha sido cambiado de celda sin previo aviso y que la alimentación es deficiente, lo que ha impactado su salud física y mental.
El Ministerio de Justicia no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre las denuncias hasta el momento.
Fuente. elperiodicocr