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La decadencia de la sociedad costarricense se profundiza cada día más

Columna Poliédrica

Realmente estamos viviendo una época de decadencia. Hemos venido haciendo esta afirmación desde hace rato, ya que se ha venido dando hechos que evidencian esta situación; el último hecho es el que aconteció recientemente con una bebida alcohólica y que significó una especie de histeria colectiva en unos supermercados muy conocidos entre ciertos sectores de la población.

Se trata de un comportamiento superfluo o frívolo. No es que se esté planteando que las personas no deben tomar cerveza o licor, eso es algo que lo define cada persona en ejercicio de su libertad; lo que se está señalando es la conducta en relación con el consumismo de algo que es perjudicial para la salud, se trata de algo que pone la prioridad en estas campañas publicitarias y deja de lado los problemas centrales de la sociedad costarricense.

Incluso llama la atención el segmento de población que sucumbe a ese tipo de publicidad. Se trata de gente de sectores medios y bajos que viven en zonas urbanas y que presentan un índice de desempleo elevado, no estamos diciendo que los sectores altos no tomen cerveza o licor, lo que estamos indicando es la población que compra en esos supermercados; dicho de otro modo, teniendo en cuenta las familias que están detrás de la empresa que produce esa bebida, es un ironía que las personas de menos ingresos terminen beneficiando a estos grupos.

La otra paradoja es que miembros de estos grupos de ingreso medio o bajo se peleen por ese tipo de producto. Se trata de una conducta que atenta contra la propia persona que ingiere ese tipo de bebida, sin embargo, está dispuesta a disputarse el consumo con sus semejantes; estamos hablando que hasta hubo peleas para obtener la bebida que se supone estaba a mitad de precio, es decir, el mundo al revés, los conflictos no es por productos que benefician la salud sino por todo lo contrario.

La decadencia viene porque las prioridades de este tipo de personas atentan contra la propia sociedad. Ya no solo es este caso, es la alimentación a la que accedemos, la vida a la que aspiramos y como nos percibimos en relación con el otro; nos estamos perjudicando nosotros mismos y con ello a la sociedad en general, aspecto que lleva a un deterioro colectivo que se va dando con el transcurso del tiempo.

La decadencia de las sociedades se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad. Las civilizaciones más avanzadas de su tiempo, perecieron en razón de la decadencia de sus ciudadanos; ejemplos sobran, los Chinos, los Romanos, los Escandinavos, los Incas, en fin, estamos hablando de sociedades que perdieron sus prioridades en el camino, algo que nos está pasando en este momento.

Costa Rica deberá tocar fondo para ver si resurge para bienestar de sus ciudadanos. Las personas que no han conocido otra forma de vida, no tienen idea la tristeza que nos genera a los que sí, la situación de Costa Rica; ver las limitaciones que se han impuesto a las instituciones del sector social, es una estocada al corazón y nos genera una intensa pesadumbre.

Ojalá que se haga realidad el dicho de que: no hay mal que dure cien años y cuerpo que lo resista.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columna poliédrica.blogspot

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