Recordemos que durante el primer mandato de Donald Trump, EEUU acusó al presidente venezolano Nicolás Maduro y a otros funcionarios del gobierno de diversos delitos: narcoterrorismo y narcotráfico. En aquella época, el Departamento de Justicia de EEUU, afirmó que Maduro había colaborado con el grupo insurgente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, «para utilizar la cocaína como arma para ‘inundar’ Estados Unidos».
De allí que, en marzo de 2020, había ofrecido una recompensa de 15 millones de dólares por información que condujera a su captura.
Luego, en enero de este año 2025, cuando Maduro asumió su nuevo mandato, Washington aumentó la cifra a 25 millones de dólares.
Finalmente, el 8 de agosto de 2025, EEUU informó este jueves que duplicó la recompensa por información que conduzca al arresto del presidente venezolano Nicolás Maduro de 25 millones a 50 millones de dólares norteamericanos.
No olvidemos además que no es la primera vez que se ofrece dinero por la captura del presidente venezolano, por parte de EEUU.
Recientemente, la fiscal general de EEUU, Pam Bondi ha estado reiterando esta “oferta” indicando que el presidente venezolano está directamente vinculado a operaciones de narcotráfico, acusándolo de ser «uno de los mayores narcotraficantes del mundo», como jefe del llamado «cartel de los soles».
Además, Pam Bondi acusó a Maduro, de coordinarse con grupos como el Tren de Aragua (una organización criminal de origen venezolano declarada terrorista por la administración Trump) y el Cartel de Sinaloa mexicano.
Afirmó que la Agencia para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) había «incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus allegados, con casi siete toneladas vinculadas al mandatario venezolano».
A su vez, la funcionaria estadounidense, informó sobre la incautación de más de 700 millones de dólares en activos y en bienes, que relacionó con el líder chavista Nicolás Maduro.
Es obvio, que ninguna de estas acusaciones tiene asidero cierto, ni pueden tener pruebas contundentes. De lo contrario, ya hubieran publicitado tales acusaciones infames.
Cuando se le preguntó a la fiscal Bondi sobre detalles de las incautaciones, dio una respuesta genérica que no contiene datos específicos, como fechas ni horas de las incautaciones, ni mostró ningún documento, foto u otra prueba que permita reconocer visualmente alguna de las propiedades mencionadas.
Lo que, si se ha descubierto recientemente, es que una supuesta propiedad-inmueble de lujo, del presidente Maduro, de nombre «Villa La Caracola», supuestamente ubicada en una zona turística dentro del distrito municipal de Verón, Punta Cana, República Dominicana; se encontró un artículo del diario El Comercio de Perú, de mayo de 2019, que contiene estas fotos y detalles sobre esta mansión. La propiedad tendría un valor de 18 millones de dólares y «se cree que está vinculada» a Samark López Bello, señalado de ser testaferro del exministro de petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, y a quien, en 2019, las autoridades de República Dominicana allanaron varios de sus inmuebles. López Bello fue arrestado por autoridades del gobierno de Maduro, el 9 de abril de 2024.
Ante estas narrativas de falsedad, inicia un nuevo itinerario de acciones contra Venezuela, su presidente electo y la Revolución Bolivariana.
Dando algunos saltos, viene ahora, la fanfarronería, exageración y muestra de «músculos» de EEUU, al continuar la misma verborrea contra el presidente venezolano como jefe del «cartel de los soles», embarcándose en un paseo por nuestra frontera marítima venezolana, para supuestamente atacar el narcotráfico, y agregando, además, pánico y terror a las poblaciones, ante tres portaaviones destructores, múltiples efectivos militares y otras armas colosales.
Como lo señala el escritor Clodovaldo Hernández, «todo indica que la única manera que tienen a mano para crear de nuevo un momento contrarrevolucionario, es desestabilizar al gobierno mediante la difamación más descarada, la amenaza directa y sembrando el miedo a la agresión militar, para tratar de provocar un colapso rápido que revierta la recuperación económica».
Igualmente, el ministro venezolano del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino, ha advertido que «las mayores agresiones imperialistas van precedidas de la preparación de la opinión pública internacional, construidas siempre sobre la manipulación y de hechos infundados, donde la mentira prevalece”.
Agrega, además: «¿Por qué no (interviene) en el Pacífico, por donde se trafica la mayor parte de la droga que va hacia EEUU?», expresó Padrino, quien indicó que estamos en «una batalla entre la verdad y la mentira, pero el aparato mediático del imperialismo es tan grande, que logra hacer que las mentiras se conviertan en verdades».
En este sentido, la Plataforma de Periodismo de Datos, La Tabla, ha venido enfatizando el manejo comunicacional de la presencia de tres destructores de la armada norteamericana, cerca de Venezuela.
Por ejemplo, la agencia Reuters, indica «el despliegue de tres destructores con capacidad misilística frente a las costas de Venezuela». Era una operación de guerra psicológica diseñada para sembrar el terror y el pánico.
Sin embargo, comete el error «al establecer un plazo perentorio e irreal de 36 horas para su llegada». Esto delató y reveló la inconsistencia de su información. Era mentira y poco factible, si no absolutamente imposible de ejecutar en ese periodo de tiempo.
Luego, el aparato mediático tradicional y mal sano, en lugar de verificar, se limitaron a ratificar, con ligeras variaciones, la versión original del despliegue.
Así, la agencia AP, «confirmo la noticia» el día 19 de agosto, aunque cambiando los tiempos, «extendió el plazo del despliegue a «varios meses». «Buscó su propia fuente anónima para dar una pátina de originalidad a su cobertura y afirmar que la información de la noche anterior había sido «correcta».
Finalmente, Newsweek hizo lo mismo. «Llegó incluso a afirmar que una «fuente de la Casa Blanca» les había confirmado la operación vía correo electrónico. Para reforzar su relato, incluyó una declaración genérica de la secretaría de prensa presidencial, en respuesta a una consulta ambigua sobre más activos militares en la región. Esta respuesta vaga terminó por servir, en su contexto, para fortalecer la mentira fabricada la noche anterior».
En fin, la imposición de la narrativa falsa se hace a punta de gritos y del volumen que aplasta a quien tiene menos audiencia. Pero, por encima del ruido, una cosa sigue siendo cierta: Están mintiendo, lo indica La Tabla.
Consideraciones
1. El elemento de la distracción se puede evidenciar al EEUU, distraer con el supuesto aparataje bélico en el mar Caribe, para echar tierra o dejar de lado el escándalo que señala el vínculo de Donald Trump con el delincuente sexual Jeffrey Epstein, acusado de abuso sexual de menores. Este recurso puede ser considerado como un aparente intento de desviar el foco de atención mediante el uso del «whataboutismo», una práctica clásica de la propaganda, entendida como: es una forma de contraataque o distracción, que busca desviar la culpa o justificar un comportamiento problemático.
2. Otra distracción que ya señalamos, a través de las declaraciones del ministro venezolano del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino, quien indica que, porque se combate en el mar Caribe, cuando la mayor cantidad de droga sale por el Pacífico. ¿Será una cortina de humo de EEUU, para dejar pasar un tiempo, una mayor cantidad de droga, para su control y consumo?
3. Hay una teoría surgida recientemente, que indica que los portaaviones y un supuesto submarino nuclear, que se mueven dentro de la arremetida militar, serían utilizados como carga para una cantidad enorme de drogas decomisadas en Panamá, quienes no tienen capacidad ya de almacenaje. Y que serían llevadas a EEUU para incinerarlas.
4. Por otro lado, el mismo día que se reunían Trump y Putin en Alaska, llegaban a Caracas, aviones rusos con un cargamento desconocido. Surgiendo las interrogantes: ¿Traían armamentos para un eventual enfrentamiento con EEUU? ¿O eran implementos de apoyo en la actual colaboración entre Venezuela y Rusia? ¿Es cierto el cacareo en los medios que EEUU está advertido, por parte de Rusia y China, de no meterse con Venezuela?
De todas maneras, los acontecimientos están en pleno desarrollo, amanecerá y veremos.
(*) Mg. José A. Amesty Rivera, Reverendo de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana.