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¿Habrá una mujer latinoamericana al mando de la ONU?

Si se respetan los turnos, debería provenir de América Latina quien suceda a António Guterres. Ya están surgiendo candidaturas y aumenta la presión para que, por primera vez, una mujer ocupe este cargo.

Según una práctica no reglamentada, y que no siempre se ha cumplido, la máxima autoridad de las Naciones Unidas se va turnando entre los distintos grupos regionales. Todo indica que esta vez un candidato de América Latina asumiría como secretario general de la ONU. O más bien, como secretaria general. La idea de que finalmente una mujer encabece el máximo organismo internacional toma cada vez más fuerza.

Falta más de un año para que termine el mandato de António Guterres, pero ya hay postulantes para suceder al portugués, quien finaliza su segundo período el 31 diciembre de 2026. De mantenerse la rotación, «para el 2027 le correspondería al GRULAC, el grupo de América Latina y el Caribe. Esta región solo ha tenido un secretario general, que fue el peruano Javier Pérez de Cuéllar”, dice a DW Paulina Astroza, doctora en Ciencias Políticas y académica de la Universidad de Concepción, Chile.

Millán Requena, director del departamento de Derecho Internacional Público de la Universidad de Alicante, España, coincide en que es muy posible que se elija a un candidato de América Latina. «No solo por el orden rotatorio, sino por el orden geopolítico, que hace que un secretario general de esa región tuviera una equidistancia y prudencia con los distintos conflictos actuales”, señala a DW.

¿Por fin una mujer?

Según el informe Mujeres en el multilateralismo, de GWL Voices, una organización de mujeres líderes globales, históricamente han estado subrepresentadas en los organismos internacionales. De las 58 organizaciones internacionales más importantes, tres nunca han sido presididas por una mujer, incluida la Secretaría General de la ONU. En muchas instancias, solo ha ocurrido por una única vez.

«De 2.800 embajadoras y embajadores en la ONU en Nueva York, desde su creación en 1947, solo el 7 por ciento de los representantes permanentes han sido mujeres”, dice a DW María Fernanda Espinosa, directora ejecutiva de GWL Voices. La expresidenta de la Asamblea General de la ONU y exministra de Exteriores de Ecuador observa que «en la ONU en Ginebra, durante veinte años, veinte asambleas generales ocurrieron sin participación de mujeres como representantes permanentes”.

«No es un tema de números, ni de demografía o aritmética. Es de justicia histórica y de representación, de calidad y de estilos de liderazgo, de lo que puede traer una mujer a este espacio internacional, su bagaje, antecedentes diplomáticos y profesionales”, sostiene sobre la posibilidad de una secretaria general de la ONU.

Requena sostiene que, «podría y debería ser perfectamente elegida una mujer en ese turno de América Latina. Creo que hay muchas posibilidades”. Después de ocho hombres en el cargo, «es un anhelo de grupos que han presionado desde hace décadas. Hay lobby importante en ese sentido, como ya hubo en la elección de 2016”, complementa Astroza.

Espinosa indica que «un grupo de más de 80 estados expresaron su voluntad y su llamado a que los países presenten candidatas mujeres para la contienda. Hay una suerte de sentido común y de gran corriente avanzando hacia esa idea. Es imperativo hacer un cambio drástico de dirección y de liderazgo en la organización. Hay un escenario bastante favorable”.

La chilena Michelle Bachelet durante su cargo como alta comisionada de la ONU para Derechos Humanos.
La chilena Michelle Bachelet fue presidenta de ONU Mujeres y alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU.Imagen: Fabrice Coffrini/AFP/Getty Images

Candidatas en carrera

En 2016 comenzó un sistema de selección más transparente, que incluye postulaciones y presentación de programas. Aunque el proceso aún no comienza formalmente, Chile y Costa Rica ya presentaron a sus candidatas, ambas con una vasta trayectoria: La expresidenta chilena Michelle Bachelet fue jefa de ONU Mujeres y alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, y la costarricense Rebeca Grynspan es secretaria general de la Conferencia de a ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y exjefa de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

También suenan los nombres de Alicia Bárcena, exdirectora de CEPAL, y actual secretaria de Medio Ambiente de México, y de la primera ministra de Barbados Mia Mottley. Desde Argentina, se menciona como candidato a Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), y, fuera de la región, a la ex primera ministra de Nueva Zelanda Jacinda Ardern.

Para Espinosa, más que nombres específicos, es necesario hablar de perfiles: «la ONU necesita transformarse y reinventarse. Ya no está respondiendo a las necesidades del mundo de hoy y a los nuevos desafíos. Se necesita un cambio de rumbo y de liderazgo, que puede y debería, en principio, venir de una mujer, por su bagaje, experiencia y capacidad de aportar en un proceso que es vital, de reconstruir el sistema multilateral que está tan venido a menos en este momento”.

Rebeca Grynspan, de Costa Rica, secretaria general de la Conferencia de a ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y exjefa de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), en una imagen de archivo.
Rebeca Grynspan, de Costa Rica, secretaria general de la Conferencia de a ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y exjefa de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).Imagen: www.segib.org

Camino a la Secretaría General

Entre las candidaturas oficializadas, el Consejo de Seguridad deberá seleccionar al o la postulante, al menos por nueve votos de los 15 miembros. Los cinco permanentes -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China- tienen derecho a veto. Luego la recomendación es presentada ante la Asamblea General, que debe ratificarla por dos tercios.

«Es muy importante el currículo, por cierto, pero también el lobby que el país realice, tanto con el Consejo de Seguridad como con el resto de los miembros para la votación final en la Asamblea. Fundamental es no tener el rechazo de cualquiera de los cinco miembros permanentes”, advierte Astroza.

Entre las candidaturas ya lanzadas, Requena estima que Grynspan está mejor posicionada: «No se ha enfrentado con nadie, pertenece a un país pequeño, con un equilibrio en cuanto a su posición ante los conflictos europeos, ante el caso de Rusia-Ucrania o Israel-Palestina, y también ante las situaciones en América Latina, en Venezuela, Cuba o Nicaragua”.

Alicia Bárcena, exdirectora de CEPAL, y actual secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México.
¿Podría ser la mexicana Alicia Bárcena, exdirectora de CEPAL, y actual secretaria de Medio Ambiente de México, la próxima secretaria general de Naciones Unidas?Imagen: Chip Somodevilla/Getty Images

En cuanto a Bachelet, «su trayectoria, que para los países del mundo occidental es positiva, no lo es tanto para los países árabes y del mundo islámico y musulmán, y para algunos miembros del Consejo de Seguridad Nacional, como Estados Unidos y Rusia, que no verían muy favorable una candidatura progresista de alguien claramente a favor de los derechos de las mujeres y de las niñas”. Esto, además de la postura crítica del gobierno de Chile, por ejemplo, frente a Rusia en el conflicto con Ucrania.

Visión femenina y latinoamericana en la ONU

¿Qué significa para un país que su candidato o candidata llegue a este alto puesto? Junto con una posición que tiene que ver con los nombramientos de cargos y la administración dentro de la ONU, «es un tema reputacional; obviamente ese Estado gana peso en la organización”, indica Astroza.

También permite marcar acentos en ciertos temas y, por cierto, si se trata de una mujer, su influencia en la agenda puede determinar visiones y prioridades, dentro de sus competencias y los desafíos que enfrenta. El cargo otorgaría «una visibilidad relevante no solo al país, sino a toda América Latina y el Caribe”, sostiene Requena, y de este modo, problemas propios de la región -deuda, crecimiento económico o involución democrática-, podrían situarse en un primer nivel en la agenda global. «Es lo que ocurrió en su momento con Pérez de Cuéllar, cuando los conflictos internos y guerrillas en América Latina y Centro América estaban en la agenda global. En esto él tuvo bastante que ver”, afirma el académico de la Universidad de Alicante.

«En una futura Secretaría General los desafíos son muchísimos por la coyuntura internacional actual. Es importante el cargo por la influencia que se ejerce dentro de la ONU, pero, teniendo en cuenta que la última palabra la tienen los Estados y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Y, sobre todo, Estados Unidos, al pagar aproximadamente un 22 por ciento del presupuesto general de la ONU”, observa Astroza.

El camino que deberán recorrer los y las aspirantes, a los que probablemente se sumarán nuevos nombres, será largo. Por ahora, subraya Espinosa, «lo que vemos es muy prometedor. Hay varias mujeres que tienen todas las credenciales para optar a este rol tan importante, que es existencial en este momento”.

Fuente. D W y Agencias

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