Como refugiado y promotor de los Derechos Humanos le hago un llamado al pueblo costarricense: no más discriminación, no más xenofobia al extranjero. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
El racismo y el odio cercena todo aquello que va contra aquellos que pertenecemos a las buenas costumbres de otra nacionalidad, es decir porque seamos diferentes. El odio contra los pueblos ajenos, y la discriminación hacia nosotros los nicaragüenses y la comunidad solicitante de refugio y a la comunidad inmigrante es demasiado evidente a la vista de todos.
La injusticia que ha dividido a los pueblos desde hace mucho tiempo, por desgracia todavía hoy, es la lacra del racismo que perdura aún en nuestra sociedad.
Cualquier persona es más o mucho más que una etiqueta, respétame y respétate. Ya sean emigrantes, homosexuales, gordos, discapacitados, viejos, feos y negros somos iguales.
Todos tenemos derecho a una vida digna, tenemos derecho a ser aceptados en la sociedad, no importa en el territorio que nos encontremos. Como promotor de Derechos Humanos le hago un llamado al pueblo costarricense: no a la discriminación, a la xenofobia, y al extranjero nicaragüense.
Porque la xenofobia y la discriminación lo único que hace es dividirnos, como hermanos y como pueblos vecinos.
Quiero hacer un llamado al pueblo de Costa Rica a hacer un alto en el camino y tomar conciencia que la situación en nuestro país es lo que nos obligado a tomar el rumbo a otras tierras, dejando detrás la tierra, que nos vio nacer y nuestras familias, para preservar la vida y vivir dignamente con el fruto del trabajo muchas veces mal pagado.
Finalmente a nombre de todos mis paisanos nicaragüenses les envió un saludo fraterno a todo el pueblo de Costa Rica, al gobierno y en especialmente a las organizaciones de derechos humanos y de atención a refugiado, que nos han tendido la mano solidaria como hermanos.
Neder Fernando Palacio Blandón