La Iglesia Católica en Costa Rica definió una serie de lineamientos que buscan ordenar y delimitar la actuación pública del clero durante el proceso electoral.
La documento, denominado Vademécum sobre prudencia pastoral y participación política, fue suscrito por Javier Román Arias, Obispo de Limón y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECR).
Allí, se establecen criterios claros sobre qué pueden y qué no pueden hacer sacerdotes, diáconos y líderes pastorales en un contexto marcado por la polarización y el uso intensivo de redes sociales.
El Vademécum ofrece escenarios concretos que suelen repetirse en tiempos de campaña:
Feligreses que preguntan por candidatos “coherentes con los valores cristianos”. La instrucción es evitar cualquier recomendación partidaria. El sacerdote debe orientar desde criterios éticos y de bien común, no desde nombres o siglas.
Comunidades que desean invitar candidatos a actos religiosos. La Iglesia recuerda que la liturgia no puede mezclarse con actividades electorales ni ceder espacios sagrados para propaganda o posicionamiento político.
Conflictos internos por diversidad de posiciones. La prioridad pastoral es custodiar la unidad de la comunidad, promover el diálogo y evitar que la política partidaria fracture la convivencia.
Por otra parte, se enfatiza que la misión pastoral debe mantenerse al margen del proselitismo partidario y que la labor del clero es acompañar a los fieles en su discernimiento personal, no influir en su voto. En términos prácticos, la Iglesia “marca la cancha” para evitar que templos, celebraciones litúrgicas u homilías se conviertan en espacios de promoción política.
Discernimiento pastoral en campaña
El documento subraya que la tarea del clero no es dirigir la voluntad política de los fieles, sino ofrecer criterios que permitan una reflexión responsable. Entre ellos destacan:
Defensa del bien común y la dignidad humana.
Atención a la justicia social, la equidad y la protección de los más vulnerables.
Rechazo a discursos que fomenten odio, división o falsas promesas.
Reconocimiento de la libertad de conciencia como principio irrenunciable.
La Iglesia también señala que la institución debe mantenerse neutral. Aunque los miembros del clero tienen opiniones personales, su rol público exige prudencia, mesura y distancia de cualquier alineamiento partidario.
Redes sociales: presencia sí, proselitismo no
Uno de los apartados más relevantes aborda el comportamiento digital de sacerdotes y líderes pastorales. Se les recuerda que las plataformas virtuales no deben utilizarse para promover candidatos, difundir propaganda o compartir mensajes que puedan interpretarse como respaldo electoral.
El llamado es a usar las redes como espacio de acompañamiento, evangelización y diálogo respetuoso, evitando la confrontación y la polarización que suelen amplificarse en entornos digitales.
La Iglesia considera que esta realidad exige mayor prudencia pastoral y un esfuerzo deliberado por evitar que la fe sea instrumentalizada por actores políticos.
Fuente. Redaccion y elperiodicocr
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