Lo que las Naciones Unidas nos han dado son escaleras eléctricas rotas, teleprompter dañados y cartas técnicas largas que no sirven para nada
En la apertura del debate general de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Donald Trump hizo un discurso que combinó críticas severas al funcionamiento de la ONU, afirmaciones sobre los logros de su administración, denuncias sobre migración, cambio climático, conflictos globales y un estilo retórico propio de confrontación.
- Criticó duramente a la ONU por lo que él describe como su ineficacia y su incapacidad para cumplir su promesa de ser un actor pragmático en la resolución de conflictos. Señaló que ha terminado “seis o siete guerras” durante su mandato, y lamentó que la ONU no haya intervenido en esos casos ni ofrecido ayuda concreta. (Reuters)
- Afirmó que la organización produce muchas “cartas técnicas” o declaraciones enérgicas que luego no se aplican, lo que para él constituye una forma de palabrería sin resultados prácticos. (elconfidencial.com)
- Denunció que la ONU está fomentando o tolerando la inmigración irregular, e incluso sostuvo que parte de los fondos de la organización se destinan a asistencia (alimento, refugio, transporte, tarjetas de débito) para migrantes ilegales. Dijo que esa política representa, según su punto de vista, un “asalto” a países occidentales y sus fronteras. (elconfidencial.com)
- Cuestionó las advertencias climáticas promovidas por la ONU y por expertos internacionales, afirmando que muchas de esas predicciones han sido erróneas; calificó el cambio climático como una “estafa climática” (“climate scam”) y rechazó algunas políticas verdes como perjudiciales para las naciones desarrolladas. (elconfidencial.com)
- También incluyó un pasaje crítico hacia las fallas técnicas, como un teleprompter que falló y una escalera eléctrica de la sede del organismo que, según sus palabras, estaban en mal estado — parte de su alegato simbólico de que muchas de las instituciones internacionales están deterioradas, descuidadas o no cumplen con estándares básicos. (elconfidencial.com)
- No obstante, aunque no dejó de criticar, al final del discurso aseguró que Estados Unidos respalda a la ONU al 100 %, señalando que aunque discrepa con su funcionamiento, cree que tiene un “potencial enorme de paz”. (Univision)
Algunas de las respuestas que se conocieron, directas o implícitas, tras el discurso de Trump:
- Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) aprovechó su intervención en la ONU para condenar lo que llamó ataques unilaterales contra la soberanía nacional de su país, especialmente en el contexto de sanciones y medidas económicas impulsadas por EE. UU. Lula afirmó que las sanciones arbitrarias y la intervención directa en decisiones internas son prácticas que amenazan la democracia. (Reuters)
- También hubo un gesto diplomático visible cuando Trump y Lula se cruzaron en los pasillos de la ONU: Trump mencionó después que hubo “excelente química” en ese breve encuentro, lo que indica que, pese al tono confrontativo, persisten canales de diálogo. (Reuters)
- Algunos líderes europeos, sin citar nombres, han expresado preocupación por las críticas de Trump hacia la migración y las políticas climáticas. No todos se mostraron de acuerdo con su lenguaje agresivo; hay quienes han insistido en la necesidad de cooperación multilateral para enfrentar los retos globales, incluyendo migración, cambio climático y guerras. (Estas reacciones se dan en medios y declaraciones oficiales posteriores al discurso). (The Guardian)
El discurso de Trump hoy respecto a su crítica al multilateralismo y al funcionamiento de la ONU no es algo aislado en América Latina. Puede verse como parte de una línea discursiva que otros mandatarios han sostenido antes:
- Nayib Bukele (El Salvador) ya había criticado, en anteriores intervenciones ante la Asamblea General, lo que él considera la irrelevancia progresiva del formato tradicional de Naciones Unidas, los discursos extensos, el protocolo, y la poca efectividad práctica de muchas resoluciones. Bukele ha señalado que el organismo se ha quedado anticuado y que muchas de sus acciones son más simbólicas que transformadoras. (Wikipedia)
- Javier Milei (Argentina), en su primer discurso ante la ONU en 2024, cuestionó la agenda que percibe como ideológica de la organización, opinó que la ONU ha perdido de vista sus principios fundacionales, denunció la Agenda 2030 y el “Pacto del Futuro” como intentos de imponer normas supranacionales, y propuso en cambio una “agenda de la libertad”. (Reuters)
En ese sentido tanto Bukele, Milei como Trump han venido señalando: formas de burocracia, procedimientos, promesas o declaraciones que no se traducen en resultados concretos, fallas técnicas o simbólicas que ilustran lo que consideran una desalineación entre lo declamado y lo ejecutado.
Desde un punto de vista periodístico, el discurso de Donald Trump tiene elementos que pueden ser valorados positivamente, incluso por quienes no comparten todas sus posturas:
- Es claro en plantear sus críticas, lo que da visibilidad a debates urgentes sobre eficacia, responsabilidad y resultados en organismos multilaterales. Muchas voces –ya fuera de su círculo– han cuestionado por años la lentitud, el burocratismo y la desconexión con la realidad de las resoluciones de la ONU. En ese sentido, señalar esas fallas puede abrir espacio para reformar o mejorar la institución.
- Su estilo directo y su insistencia en poner sobre la mesa lo que él acusa como contradicciones (por ejemplo, entre lo que la ONU promueve y lo que ejecuta) moviliza la discusión pública, tanto entre Estados como entre ciudadanos, sobre qué se espera realmente de un organismo que está pensado para promover paz, seguridad, derechos humanos y cooperación.
- La autocrítica implícita que tiene al decir que la ONU tiene un “potencial tremendo” pero que “ni siquiera se acerca” a cumplir con él podría servir como punto de partida para que los propios miembros revisen mecanismos de cumplimiento, transparencia y rendición de cuentas.
Sin embargo, también hay riesgos o puntos débiles:
- El uso de exageraciones o afirmaciones sin verificación completa puede debilitar la credibilidad del discurso ante quienes exigen datos precisos.
- Si el tono es percibido como demasiado confrontativo o meramente retórico, puede generar resistencia al diálogo y cerrar puertas al consenso internacional.
- Las críticas fuertes sin propuestas claras de cómo reformar lo que se denuncia pueden quedarse en la denuncia, sin traducirse en cambios efectivos.
Trump en la ONU hoy planteó preguntas fuertes sobre la utilidad real de las Naciones Unidas, haciendo eco de discursos de otros mandatarios críticos como Bukele y Milei. Su discurso, polémico, tiene elementos que podrían impulsar una reflexión seria sobre reformas, y es comprensible que genere aprobación entre quienes sienten que los organismos multilaterales suelen prometer demasiado y ejecutar poco. La incógnita es si esas críticas se convertirán en cambios estructurales reales en la ONU o quedarán como parte del discurso político internacional.