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Nicaragua prohíbe el ingreso de biblias al país

El gobierno de Nicaragua ha prohibido el ingreso de biblias al territorio nacional, una medida que ha generado preocupación entre líderes religiosos, organizaciones de derechos humanos y sectores de la comunidad internacional. La restricción, aplicada por las autoridades aduaneras, impide la importación y distribución de ejemplares de la Biblia provenientes del extranjero, argumentando razones administrativas y de control de mercancías.

Representantes de iglesias cristianas han denunciado que esta decisión afecta directamente la libertad religiosa y el derecho de los fieles a acceder a textos sagrados fundamentales para su práctica espiritual. Según voceros religiosos, en los últimos meses se han retenido cargamentos de biblias en puntos fronterizos y aduanas, sin explicaciones claras ni plazos definidos para su liberación.

Organismos defensores de derechos humanos han señalado que esta prohibición se suma a una serie de acciones restrictivas adoptadas por el gobierno nicaragüense contra instituciones religiosas y organizaciones civiles, en un contexto de creciente tensión entre el Estado y distintos sectores sociales. Para estos organismos, la medida podría constituir una violación a compromisos internacionales en materia de libertad de culto y expresión.

Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial detallando el alcance ni la duración de la prohibición. Mientras tanto, líderes religiosos han hecho llamados al diálogo y al respeto de la libertad religiosa, advirtiendo que la restricción del ingreso de biblias profundiza el clima de confrontación y limita derechos fundamentales de la población creyente.

Internacionales Nicaragua prohíbe el ingreso de biblias a su territorio

Además de los textos cristianos, también se prohíbe el ingreso de periódicos extranjeros y revistas de temas políticos.

Durante la Guerra Fría, tanto China como la Unión Soviética aplicaron severas restricciones al ingreso, impresión y distribución de biblias y otros textos religiosos, al considerar la religión como incompatible con la ideología comunista oficial. En estos países, el Estado controlaba estrictamente las prácticas de culto, cerraba templos y limitaba el acceso a literatura religiosa, obligando a las comunidades creyentes a operar de forma clandestina. Estas políticas fueron ampliamente documentadas por organismos internacionales y se convirtieron en un símbolo de la represión a la libertad religiosa característica de los regímenes de corte totalitario de la época.

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