De las acusaciones de documentos falsos y el círculo de Javier Duarte en Veracruz, a la dirección del «taxi» electoral de Rodrigo Chaves
Mayuli del Carmen Ortega Guzmán ha pasado de ser una figura investigada en México por presunta falsificación de documentos y ligada a uno de los círculos de corrupción más notorios del país azteca, a presidir en Costa Rica el Partido Pueblo Soberano (PPS). Este partido es actualmente la plataforma política que el presidente Rodrigo Chaves y la diputada Pilar Cisneros buscan utilizar como estructura electoral para los próximos comicios.
La trayectoria de Ortega en México, donde residió por 30 años, está marcada por serios cuestionamientos. En 2017, intentó postularse como alcaldesa del municipio de Tecolutla, Veracruz, impulsada por una coalición que incluía al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde. Sin embargo, su candidatura fue impugnada luego de que se la acusara de haber presentado documentación falsa para obtener la nacionalidad mexicana. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales abrió una causa penal en su contra, y un juez ordenó la apertura de un juicio por falsificación de documentos. Aunque Ortega ha presentado documentos ante la Asamblea Legislativa de Costa Rica alegando que la causa fue desestimada, la autenticidad de dicha prueba fue puesta en duda por diputados costarricenses debido a la falta de apostillamiento (autenticación oficial de las autoridades mexicanas).
Su exposición al poder político en Veracruz se dio principalmente a través de su exesposo, Wenceslao Santiago Castro, quien fue alcalde de Tecolutla (2014-2017). Santiago Castro logró una notoria cercanía con el entonces gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, a quien la justicia mexicana condenó posteriormente por asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita. De esta manera, Mayuli Ortega quedó vinculada al grupo político de Duarte.

El círculo de su exesposo está marcado por polémicas aún más graves. Reportes periodísticos en México han vinculado directamente a Wenceslao Santiago Castro con grupos delincuenciales generadores de violencia, señalando específicamente nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Pese a estos graves señalamientos, Santiago Castro ha mantenido su influencia política, siendo identificado en octubre de 2023 como un operador político en Veracruz para figuras de alto nivel, encargado de movilizar votantes a eventos, una actividad que continúa siendo objeto de controversia.
A pesar de este complejo y controvertido historial en México, Mayuli Ortega regresó a Costa Rica para integrarse como asesora del presidente Rodrigo Chaves en Casa Presidencial, cargo que mantiene. Actualmente, su rol más relevante es la presidencia del Partido Pueblo Soberano, lo que la convierte en una pieza clave para la estrategia electoral del chavismo.
¿Importando costumbres?
La conexión entre el turbulento pasado de Ortega en México y su actual posición en Costa Rica levanta aún más sospechas a raíz de un fenómeno cultural transnacional: el culto a la Santa Muerte. Recientemente, se ha informado de la apertura y el funcionamiento de la primera iglesia dedicada a este culto en San José.
Esta apertura, que según los reportes se ha dado sin problemas para obtener permisos a pesar de tratarse de una práctica religiosa contraria a la fe cristiana predominante en Costa Rica, ha llamado la atención. Por tratarse de una actividad de mucha trascendencia en México, donde el culto está profundamente arraigado en algunas esferas sociales y ha sido mediáticamente asociado al crimen organizado, su rápido establecimiento en Costa Rica despierta suspicacias. El trasfondo político y legal de la presidenta del Partido Pueblo Soberano, Mayuli Ortega, con lazos tan profundos en Veracruz, México, hace que la inesperada irrupción del culto de la Santa Muerte despierte sospechas en cuanto a una posible relación con el partido político que ella dirige.

