Actualidad, Costa Rica, Nacional

Diario Ya Costa Rica se une al el Diario El País por la sensible perdida del colega Carlos Salazar

Uno conoce a una persona en algún punto de su vida e ignora muchos de los magníficos detalles de su propio viaje. Y cada vida, sin lugar a dudas, es un viaje. Personas como Carlos, que se atrevieron a tanto, a moverse, a indagar, a enfrentar la realidad impuesta y construida por poderes fácticos y estructuras enquistadas, no se pueden resumir fácilmente. Merecen ser descritas y narradas con toda la complejidad que su vida tuvo.

A Carlos lo conocí a través de su hijo, cuando íbamos juntos a los conciertos de Facundo Cabral en el Teatro Melico. Carlos nos contaba historias de una época en la que conversar con Facundo entre copas, en un bar de un San José que ya no existe, era algo casi común. Desde entonces sentí una profunda admiración por él. Casi siempre lo encontraba trabajando, y me encantaba interrumpirlo solo para escuchar alguna de sus opiniones: complejas y alejadas de los lugares comunes desde los que la mayoría intenta explicar el mundo.

Carlos cargaba sobre los hombros el peso de un mundo que comprendía porque lo había profundizado, porque le había dedicado más horas y más días que la mayoría de nosotros. Y, aun así, Carlos tenía humor. Tenía esperanza, aunque nunca la confundía con optimismo ingenuo.

Hoy solo quiero escribir un par de párrafos para agradecerle por ser un referente tan importante y un amigo. Un gran divulgador que, en cierto momento de su vida, se atrincheró en su despacho para hacer por nuestro país mucho más de lo que muchos de nosotros, jóvenes y desorganizados, hemos hecho hasta ahora. Carlos se atrevió, casi en solitario, a crear un relato y una narrativa alternativa y crítica en un país que aún no comprende la importancia de cómo se transmiten las ideas, la política, la ética y la conciencia social y de clase.

Se dedicó con empeño a hacer pedagogía de la divulgación en un entorno que se ha resistido, y aún se resiste a detenerse a pensar críticamente, más allá de los ruidos estridentes de los tópicos impuestos por los casi monopolios comunicativos en Costa Rica.

Carlos, gracias por ser así: cultivado, encantado por tus nietos, crítico, entregado, indagador, amable, humilde, luchador incansable de un contrarrelato tan urgente y necesario. Te vamos a extrañar, y nos quedamos un poco más solos con tu partida. Que tengas un buen viaje, y la valentía de siempre para hacerlo.

Hector Gonzalez Lizano
Setiembre 23, 2025

Fuente. elpaiscr

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *