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Presión militar de EE. UU. en el Caribe intenta forzar un cambio de Gobierno en Venezuela, según experto

Caracas, 12 sep (Xinhua) — El envío de un significativo despliegue militar estadounidense al Caribe forma parte de una estrategia de la Casa Blanca para presionar por un cambio de gobierno en Venezuela, afirmó el analista internacional venezolano Luis Delgado.

En tal sentido, descartó enfáticamente que Venezuela represente un peligro real para EE. UU. o una necesidad de defensa que justifique dicha movilización.

A finales de agosto, y bajo la excusa de la «lucha contra el narcotráfico», Washington desplegó, en palabras del presidente venezolano, Nicolás Maduro, «ocho barcos militares, con 1.200 misiles y un submarino nuclear» en aguas caribeñas, y ordenó el traslado de aviones de combate F-35 a Puerto Rico para la misma misión.

El Gobierno venezolano calificó la presencia naval estadounidense como la mayor amenaza para el continente en un siglo.

Delgado, también investigador en desarrollo y economías emergentes, subrayó en entrevista con Xinhua que Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, la cuarta mayor reserva de gas en proceso de certificación a nivel mundial -según anunció Maduro en junio- y recursos minerales estratégicos como oro y coltán, de enorme interés para la industria estadounidense.

Además, la ubicación estratégica del país en el corazón del Caribe, puerta de entrada a Sudamérica, lo convierte en un punto clave para cualquier potencia que busque influencia hemisférica.

En consecuencia, calificó el despliegue militar estadounidense como la continuación de una política histórica de dominación, adaptada a las circunstancias actuales.

Al mismo tiempo, el experto señaló que existe una notable contradicción dentro del Gobierno de Donald Trump y del Partido Republicano: por un lado, sectores vinculados a corporaciones energéticas buscan acceder al petróleo venezolano; por otro, prevalece la línea dura de los neoconservadores y del «lobby» de Florida, encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio.

«Esta contradicción genera una política errática», pero ambas corrientes persiguen el mismo fin: subordinar los recursos de Venezuela a los intereses de Washington, afirmó Delgado, quien también es profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Carabobo.

Al ser consultado sobre la posible duración de esta política del «Gran Garrote», el analista fue categórico y recordó el bloqueo contra Cuba, que lleva más de seis décadas, como muestra de la terquedad y crueldad estructural de las administraciones estadounidenses.

«No importa si gobiernan demócratas o republicanos: ambos partidos comparten la visión de que América Latina es su ‘patio trasero’», señaló.

Explicó que el objetivo no siempre es un triunfo inmediato, sino desgastar, dividir y generar descontento social a lo largo de los años.

Sobre el despliegue de buques de guerra en el Caribe que amenazan la integridad territorial de Venezuela, Delgado fue enfático: «Con Estados Unidos nunca se puede descartar ningún escenario».

«En un contexto de tensiones, cualquier provocación o accidente puede escalar rápidamente y generar una confrontación», alertó, insistiendo en que cada movimiento militar estadounidense debe ser tomado con absoluta seriedad.

Al evaluar la capacidad de resistencia venezolana, Delgado reconoció que el pueblo y el Estado han demostrado una notable fortaleza frente a diversas formas de agresión. «La diferencia en este caso es la capacidad de organización popular y la fortaleza política interna, que han sido factores clave para resistir», afirmó.

Sobre la posibilidad de una invasión a gran escala en el corto plazo, se mostró escéptico, considerando que el nivel de movilización actual de Estados Unidos luce insuficiente para una operación de ocupación prolongada en un país del tamaño y geografía de Venezuela.

No obstante, no descartó escenarios de ataques quirúrgicos u operaciones de decapitación contra el liderazgo político y militar.

«En la lógica estadounidense, la mentira como pretexto de invasión tampoco sería novedad: ya lo hicieron con las ‘armas de destrucción masiva’ en Irak», recordó.

Frente a estas amenazas, Delgado explicó que la política del Estado venezolano combina una activa diplomacia internacional con la preparación defensiva interna.

De hecho, Maduro lideró el jueves por la mañana la activación del denominado Plan Independencia 200, con 284 frentes de batalla para la defensa del país.

«Estamos activando en este momento, de norte a sur, de este a oeste, desde todas las costas del Caribe venezolano, desde la frontera con Colombia, desde los Andes, desde el oriente del país y el sur, estamos activando 284 frentes de batalla», señaló Maduro.

En ese sentido, Delgado consideró que los ejercicios de defensa integral y la modernización del sistema de armas envían un mensaje claro: cualquier agresión tendrá un alto costo y Venezuela «no será un blanco fácil».

Sobre la política de diálogo y confrontación simultánea, el analista detalló que la retórica confrontacional contra Marco Rubio no es casual, ya que representa al sector más reaccionario del Partido Republicano. En cambio, figuras como Richard Grenell, enviado especial de Trump, encarnan una visión más pragmática, menos ideológica y más centrada en resultados concretos.

«El problema es que, por ahora, el peso político del ‘lobby’ de Florida y de los neoconservadores sigue siendo determinante», apuntó.

Finalmente, el académico comentó que, a lo interno de su país, «la amenaza externa ha terminado reforzando en muchos sectores de la sociedad venezolana un sentimiento de identidad nacional y de rechazo a la injerencia extranjera».

Fuente Xinhua

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