Actualidad, Costa Rica, Opinión

Una batalla permanente

1.- La crisis de inseguridad, es un “tema país” que debe ser asumido como una batalla permanente y patriótica, con unidad nacional, mediante un Plan de Acción Integral de los tres Poderes del Estado y un nuevo Sistema de Seguridad.

2.- La Asamblea Legislativa, necesariamente, debe reformar la obsoleta Ley General de Policía de 1994 y fortalecer al Consejo de Seguridad, como la instancia superior de planificación, coordinación y evaluación estatal.

3.- También, se necesita hacer efectiva la pospuesta y urgente Reforma Judicial.

4.- Más presupuesto para los Cuerpos de Policía, invertir mucho más en nuevas tecnologías y lograr una efectiva y eficiente coordinación funcional y operativa de todos los Cuerpos de Policía, potenciando al máximo la capacidad preventiva, contenciosa y represiva de la Fuerza Pública y el OIJ (Poder Judicial), la PCD y otros Cuerpos de Policía del Poder Ejecutivo, incluyendo una activa coordinación con las Policías Municipales y los Guardaparques, sinergias positivas con el sector privado de seguridad (40.000 “agentes auxiliares” de policía adicionales) y la participación de las organizaciones comunales.

5.- A corto plazo, se necesitan no menos de 25.000 efectivos en la Fuerza Pública y los distintos Cuerpos de Policía, con buenos salarios y pensiones justas, asegurados familiarmente por el INS, capacitados profesionalmente y entrenados por una Escuela Nacional de Policía que, fortalecida presupuestaria y técnicamente, organizaría un Centro de Estudios Especializados, con cooperación internacional, sobre temas críticos y acciones a desarrollar contra la narcoactividad y la criminalidad organizada transnacional y en Costa Rica.

6.- Sin correcta y oportuna información de seguridad y activa cooperación policial internacional, esta batalla está perdida. La DIS debe ser transformada en la DIPOL, adscrita al Ministerio de Seguridad Pública (como rector del nuevo Sistema de Seguridad), en constante relación con Agencias de Inteligencia y Seguridad de países involucrados y víctimas, igualmente, de la narcoactividad.

7.- Una batalla permanente significa mano dura y, a la vez, mano inteligente, para controlar la criminal incidencia y penetración del narcotráfico, realizar constantes y contundentes acciones policiales en los centros de almacenaje, distribución y consumo de drogas, así como extraditar nacionales y extranjeros indeseables vinculados a la criminalidad organizada y la narcoactividad.

8.- Pero ésta no es solo una batalla policial. Desde el Consejo de Seguridad, se deben definir, realizar y evaluar, permanentemente, políticas públicas integrales y acciones sustantivas necesarias e indispensables del Poder Ejecutivo en lo económico, social, educativo, salud pública, deportes, recreación y organización comunal. De otra forma, esta batalla estará perdida.

¡Dejémonos de excusas y de engaños politiqueros!Hagamos lo que se tiene que hacer con patriotismo, determinación, valentía y unidos por Costa Rica.

Autor. Fernando Berrocal Soto

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